“QUISIERAS ORAR UNA HORA CONMIGO?” (Mt 26:40)

(Permanecer con Cristo: El poder transformador de la Adoración. P. Félix P. Medina-Algaba. Boletín del 25 de agosto de 2024)

En el silencio de nuestra capilla eucarística, velamos con el Señor, presente en el Santísimo Sacramento. Aquí, Él habla directamente a nuestros corazones, ofreciendo las "palabras de vida eterna" que nos sostienen ante los desafíos de la vida. El amor divino que encontramos en la adoración supera todo entendimiento humano, y nos capacita para soportar las dificultades con esperanza, tal como lo hizo Cristo. La adoración es una experiencia transformadora que nos moldea a la semejanza de Cristo, permitiéndonos amar desinteresadamente y vivir en comunión más profunda con los demás.

Esta gracia requiere una decisión firme. Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quisieras orar una hora conmigo?" (Mt 26,40). Hoy nos pide lo mismo a nosotros. ¿Podemos dedicar una hora a la semana para estar en su presencia, permitiendo que su amor nos transforme? Este tiempo fortalece nuestra relación con Cristo, haciéndonos testigos más creíbles del Evangelio. La Eucaristía es nuestro ancla, nos sostiene mientras llevamos la presencia de Cristo a cada momento de nuestras vidas. Invirtamos en esta relación más profunda a través de la Adoración, dedicando una hora cada semana para estar con Él y permitiendo que este tiempo nos capacite para llevar Su luz a todo lo que hacemos.